Estimado Daniel.
Te agradezco la atención de haberme elegido para escribir la presentación de tu exposición Fragmentos, aunque francamente desconozco el motivo que te inspiró a distinguirme con ese honor. Confieso que cuando me lo pediste no sabía lo qué tenía que hacer, como me sucedió cuando me enteré de que para titularme tenía que escribir una tesis. Sin embargo, supuse que esta vez no podía llevarme tanto tiempo. Inmediatamente pensé que lo primero que había que hacer era charlar contigo acerca de las particularidades de tu trabajo; es decir, plantearte las preguntas obligatorias que, con su debida formalidad, se acostumbran en cualquier campo. Luego comprendí que lo que querías era algo parecido a una apreciación personal. Traté entonces de recordar lo que para mí significaba la palabra “fragmentos”, y di con la idea de Tiempo.
Cuando tuve a la vista las imágenes, mi cabeza comenzó a tejer historias con cada una de ellas. Supe entonces que te pudiste haber equivocado en atribuirme cualidades para escribir estas líneas, no así en capacidad para imaginar.
-¿Qué es lo que ves Raulito? Me pregunté.
-Lo que ha quedado fijo, me dije.
-¿Y qué es lo que ha quedado fijo?
-Ah, pequeños fragmentos de realidad: personas, cosas, situaciones, atmósferas, texturas, colores, movimientos, aromas, impresiones, que encerrados en un instante, son diminutos pedazos de ese algo más complejo que es la vida, que a la vez, es fracción de una historia… En fin, tiempos.
Pienso, por otra parte, que con “fragmentos” quisiste decir “mi óptica”, la de Daniel... Deseo de trasmitir tu ánimo, tu disposición frente a esa realidad: holgura, espontaneidad, despreocupación, un “no haber buscado nada, no haber partido de algún lugar específico, y finalmente, no haber arribado a ninguna parte”. Al pasar de una imagen a otra, se advierte el claro desinterés en hilar ideas o buscar formas, de tal manera que es un conjunto, pero no una serie. Son eso: Fragmentos que de tiempo en tiempo llegan a ojos del espectador para que él simplemente se pregunte desde el suyo: ¿Qué es lo que ves?
Quedo de ti, Raúl González Sendoya.
